jueves, 27 de noviembre de 2014

Corazón de Tormento [Capítulo 7]




Karen: (hablando de Rolando) Maldito. ¿Por qué me secuestraría? Pero no me quedaré de brazos cruzados. Menos mal te llevaron a la cárcel, como la rata inmunda que eres.

UN MOMENTO DESPUÉS
AGENCIA DE POLICÍA

Rolando está muy pensativo, encerrado tras las rejas en una celda de la agencia policíaca.



Rolando: Me las pagarás muy caro Karen, ya lo verás… Por tu culpa estoy aquí encerrado. Te juro que cuando salga, te vas a arrepentir.

Capítulo 7

OFICINA DE KAREN

Karen está sentada en la silla de su oficina, cruzada de piernas y de brazos al mismo tiempo.



Karen: Que ni sueñe Rolando que lo voy a sacar, por mí que se pudra en la cárcel. A ver si sigue de ridículo queriéndome secuestrar. No logra nada con eso.

En eso Katherine, mejor maquillada para ser más difícil de ser reconocida, va yendo a su oficina. Justo en ese momento, Karen iba a salir, por lo que la ve y sale corriendo tras ella. Julieta entra en su oficina y atrás le sigue Karen tirando la puerta.


Julieta: ¿Qué te pasa?

Karen: Ay no te hagas la inocente y comienza a decir de una vez quién eres.

Julieta: Acaso tú no me conoces.

Karen: No, siempre dije desde que llegaste que tenías algo guardado y lo he descubierto.

Julieta: ¿Qué se supone que es? Porque yo no guardo nada.

Karen: Dime ¿quién eres? Temes a que te descubran.

Julieta: Soy Julieta Prada Jiménez, pronto seré de Méndez porque me voy a casar con Leopoldo. Me imagino quién soltó la lengua de contarte. No tiene nada que ver mi segundo apellido con el apellido de tu difunta hermana.

Karen: Que casualidad que te llames así.

Julieta: No seas ignorante, tú no eres única, ¿cuántas Karen no hay? Prostitutas, indigentes, pobretonas, entre otras.

Karen: Me encantan los adjetivos.

Julieta: Y como esas que mencioné, puedes quedar tú.

Karen: ¿Me estás amenazando?

Julieta: Ahí no, no sabes dónde estás parada.

Karen: Aquí la dueña soy yo y tengo la mayoría de las acciones.

Julieta: Tu padre me dejó la presidencia. Hasta que la junta no me la apruebe, no te puedo sacar de Storm Corporation, pero tranquila que pronto te largas. Por favor retírate de mi oficina.

Karen: Eso lo vamos a ver Julieta.

Karen se retira de la oficina de Julieta, pasa por su oficina y recoge su bolso rápidamente baja por el ascensor y se dirige a la agencia policíaca.

CASA DE LA FAMILIA MÉNDEZ
SALA

Leopoldo conversa con su hija Augusta, sentados en los sofás de la gran casa.



Leopoldo (preocupado): No sé qué hacer, con tantas cosas.

Augusta: Padre deja el estrés.

Leopoldo: No hija, hay muchas cosas: La boda, Julieta, Augusto… Lo que está pasando es un desastre.

Augusta: ¿Qué boda?

Leopoldo: Hija, se me olvido comentarte que Julieta y yo nos casaremos.

Augusta: ¿Qué? ¿Y mi madre dónde queda?

Leopoldo: Tu madre es pasada y yo ya estoy divorciado de ella, tengo el derecho de volverme a casar.

Augusta: No estoy de acuerdo.

Leopoldo: Eres la única porque todos están felices con la noticia.

Augusta: Ya verás que te dejará en la quiebra.

Leopoldo: ¿Qué quieres decir con eso?

Augusta: Ella te utiliza, solo quiere dinero para irse de aquí, gana lo suficiente estando en Storm Corporation, ayer me enteré que ella es una de las mayores asociadas.

Leopoldo: Seguro ya Cristina te metió cosas en tu cabeza hija, Julieta es una buena muchacha, ella no lo haría, nunca me traicionaría.

Augusta: Solo te lo advierto.

AGENCIA DE POLICÍA

Karen llega a la agencia policíaca. Se acerca a la recepción, en donde se encuentra el agente.



Karen: (al agente principal) Buenas, vengo a pagar la fianza de Rolando Corona, más bien a declarar.

Agente: Pase por aquí…

El agente sale de la recepción y acompaña a Karen a una oficina.

Karen: Señor oficial, sé que he cometido algo terrible pero es que quería darle un susto a Rolando y por eso le tendí esa trampa, lo necesito ya y quiero que lo saquen.

Oficial: Señorita usted puede ir presa por lo que ha hecho. ¿No se ha dado cuenta?

Karen: No señor, entonces no lo tome así y yo pago la fianza.

Oficial: No lo sé, un simple susto y una excusa como esa no justifica nada en donde usted no salga perjudicada.

Karen: ¡Le pagaré la fianza y si es posible, más! No lo estoy chantajeando, pero quiero que esto se solucione de una vez.

Oficial: Está bien…

El oficial acepta y sale de la oficina. Le hace una seña al agente que de nuevo está en la recepción. Unos momentos después, Rolando sale y se acerca a Karen cuando la ve.



Rolando: A pesar que dije que te ibas arrepentir cuando saliera de aquí, te doy las gracias.

Karen: Deja la estupidez y vámonos.

MÁS TARDE
CASA DE LA FAMILIA JIMÉNEZ

Karen y Rolando ya llegaron a la casa Jiménez. Ambos se encuentran en la sala.



Karen: Julieta me quiere dejar en la calle y si ella me quita todo, a ti también. O la matamos o la desaparecemos, una de dos, pero ella no tiene que vivir.

Rolando: Quiero muerte y Julieta es la siguiente.

Karen: Perfecto… ¿Cuándo, dónde y cómo?

Rolando: Hoy en la tarde, aquí y el gatillo se apretó solito sin querer queriendo.

Karen: Buen plan. En fin, yo voy a hacer unas compras y nos vemos aquí al caer la noche, llámala y dile que vamos agarrar unas cosas que faltan en algunos papeles que no cuadran.

Karen sale de la casa y se va al centro comercial más cercano.

CITY MALL

Karen está viendo algunas cosas en un centro comercial importante.



Karen: Que bellas cosas. Quiero un vestido igual a ese (señala un vestido corto y rosado).

De repente Karen siente que la están persiguiendo y comienza a caminar un poco más rápido.

Karen: Ay Dios, ¿qué pasa? Me siento incómoda.

De repente a Karen se le acerca por detrás una persona vestida de negro, con un sombrero y una bufanda que le cubre parte del rostro. Es Silent Blood, solo que no tiene la malla puesta para disimular. De igual forma, no se le nota el rostro por la bufanda gris que lleva.



Persona: No vayas a gritar y te vas a ir por donde yo te diga (la amenaza por detrás con una pistola con disimulo).

Karen: Pero ¿qué quieres?

Augusto: Cállate la boca y camina donde te estoy diciendo.

Augusto y Karen llegan hasta el estacionamiento y se montan en un vehículo, y se dirigen a una casa abandonada.

Unos momentos más tarde, se enfoca a Karen que se abaja asustada y la persona misteriosa siguiéndola atrás.

Karen: ¿Qué quieres de mí?

Silent Blood: Solo te quiero a ti.

Karen (asustada): ¿Quién eres tú? ¡Descúbrete el rostro ya!

Silent Blood hace lo dicho por Karen, no por obedecerla, sino por darse a conocer. Él se quita el sombrero y acto seguido, la bufanda, revelando quién es. La cámara solo lo enfoca desde por detrás.

Karen (sorprendida): ¿¡En serio eres tú!? (Se muestra el rostro de la persona misteriosa).



Augusto: Sí, soy yo…

Karen: Me asustaste. ¿Por qué me trataste así? Me hubieras dicho del principio que eras tú.

Augusto: Te quería dar una sorpresa.

Karen: ¿Y eso por qué?

Augusto: Desde que te conozco me has gustado y bueno quería estar contigo.

Karen: ¿En serio?

Augusto: Sí, te amo Karen.

Karen: Yo también te amo.

Augusto besa a Karen y la fue acostando en una cama vieja que estaba en la casa abandonada. Después de unos segundos se levanta.

Karen: ¿Qué pasa? ¿Por qué no sigues?

Augusto saca un arma detrás.

Augusto: (ríe) No seas ridícula, yo solo te quiero muerta.

Karen: Me estás asustando.

Augusto: Asústate porque este que está aquí fue quien te secuestro por primera vez y esta vez es para culminar el trabajito. Soy Silent Blood y acabaré con todos ustedes, contigo y el imbécil de Ronaldo.

Karen: ¡No Augusto! No puede ser, siempre te quise. Podemos cambiar.

Augusto: ¿Qué me puedes dar tú?

Karen: Si quieres acuéstate conmigo pero déjame libre.

Augusto: Está bien, me acostaré contigo a cambio de que te dejaré libre y te callarás la boca de quién soy realmente porque sino, ésta última bala va estar cerca de tu cabeza. Y deja de estar hablando de mi Julieta porque si me llego a enterar de que hablas mal de ella, de igual manera te mato.

Karen: Yo sé que en esto ella tiene metidas las narices, dile que se venga a enfrentar conmigo.

Augusto le da una cachetada a Karen muy fuerte, tanto que le deja el rostro marcado a la mujer. Ésta se voltea y mira fulminante a Augusto. Él la coge de la barbilla.

Augusto: No hables mal de ella, yo la amo y la voy a defender hasta el final. ¡Así digas que estoy obsesionado con ella! (ríe como un psicópata y suelta a Karen).

Karen: ¿Por qué a mí me haces esto?

Augusto: Tú le hiciste daño a Karen y quien se acerque a ella con malas intenciones, lo pagará caro. Por tu parte, nadie te quiere, Rolando está contigo por el dinero.

Karen: Todo es mentira.

Augusto: Cállate Karen. ¿No te da pena lo desgraciada que eres? Todos te buscan por dinero, tú eres una cualquiera.

Karen: Así no me decías antes, déjame ir y yo quedo como una tumba.

Augusto: Así tan fácil no mi amor, nadie conoce al verdadero Augusto. Eres una perra de lo peor. Solo te traje aquí para advertirte y para que te dieras cuenta de quién soy yo. Debemos regresar a la empresa Storm Corporation, nadie puede sospechar algo y seguro allá debe estar alguien que te dará una sorpresa…

Augusto levanta a Karen a la fuerza y la lleva casi a rastras. Se ve como la sube al auto de Augusto y se van. Augusto escuchó una vez pasada, una conversación entre Katherine y Leopoldo sobre que ella se revelará ante Karen muy pronto. Augusto sabe que Katherine debe estar en la empresa.

EMPRESA STORM

Karen llega con Augusto. Éste le advierte que no puede decir nada, sino le pesará. Karen entra a la que fue empresa de su padre.



Karen: Buenas tardes.

Recepcionista: Señorita Karen, una joven la espera en su ofician. La verdad es que es de no creer.

Karen: ¿De qué hablas?

Recepcionista: Sí, esa mujer es Julieta, mejor dicho, es ella, solo que está de otra forma. Ella y yo hablamos. Ya se dará cuenta usted cuando suba.

Karen sube y entra a su oficina. Cuando llega le dan media vuelta a su silla y alguien dice para su sorpresa…



Katherine: Que rápido pasó el tiempo. ¿Verdad hermana?

Karen (sorprendida): ¿Katherine?

Katherine: Así es (se levanta y va hacia ella). No morí y ahora regresé para seguir y quedarme con todo, porque tú y el desgraciado de Rolando no se van a quedar con el dinero. Mi padre luchó hasta el final por todo y tú y el maldito desgraciado de Rolando, no tenían derecho. ¡Soy Katherine Jiménez y no podrás conmigo estúpida! ¡Más bien, conóceme como Julieta Prada! ¡Sí! (ríe).

Karen: ¿Cómo no moriste? ¿Por qué estás aquí? ¡Habla perra!

Katherine: ¡Cállate tu sucia y deslenguada lengua! ¿Eres idiota? ¿No escuchaste lo que te acabo de decir de por qué estoy aquí? Y más te vale que me vayas tratando bien. Me voy a casar con Leopoldo Méndez y voy a tener más dinero que tú porque vas a quedar en bancarrota y tú vas a pagar por la muerte de mi madre y por la muerte de mi padre, igual que el perro de Rolando.

Karen (nerviosa): ¿Hasta cuándo te vas a adueñar de todo?

Katherine: Todo es mío y a mí nadie me lo quita. ¿Te parece?

Karen: Te odio ridícula, eres una desgraciada.

Katherine: ¡Cállate la boca Karen!

Karen: Seguro que debes de conocer a Silent Blood, que ha llegado para quedarse y acabará contigo.

En eso Augusto entra solo vestido de negro.



Augusto: ¿Karen será que hablamos?

Katherine (sorprendida): Hola Augusto. ¿Y tú qué haces aquí?

Karen: No puedo hablar contigo ahora, Augusto.

Katherine: ¿Augusto qué quieres hablar con ésta perra desgraciada? ¿Se habían tratado antes?

Augusto: Lo siento Katherine, luego hablamos tú y yo. Despreocúpate, tengo unas cuentas pendientes con tu hermanita querida.

Augusto le hace una mirada retadora a Karen, la cual la hace ir hacia él. Los dos salen de la oficina, dejando a Katherine confusa y extrañada. Entran al ascensor de la empresa.



Augusto: (a Karen) Te lo dije desgraciada, conmigo no te podrías meter y esto te va a salir caro.

Karen: ¿Pero qué hice? Solo le dije sus verdades a esa zorra. ¿Por qué la quieres defender? ¿Tanto la amas?

Augusto y Karen llegan abajo. Él se la para la guarida desolada. La cámara enfoca al auto arrancar. Más tarde llegan. Augusto le apunta a Karen dentro del auto.

Augusto: Bájate estúpida.

Karen: Pero no me aprietes...

Karen se baja del auto siendo apuntada por Augusto. Entran a la guarida. Él la tira contra la cama.

Augusto: Ahora sí vas a saber quién es Augusto, Augusto Méndez (ríe).

CONTINUARÁ...

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