viernes, 28 de noviembre de 2014

Corazón de Tormento [Capítulo 8] GRAN FINAL

Augusto le apunta a Karen dentro del auto.



Augusto: Bájate estúpida.

Karen: Pero no me aprietes...

Karen se baja del auto siendo apuntada por Augusto. Entran a la guarida. Él la tira contra la cama.

Augusto: Ahora sí vas a saber quién es Augusto, Augusto Méndez (ríe).


Capítulo 8
Gran final


Justo cuando Karen fue empujada a la cama por Augusto, llega Rolando al lugar, pues sospechaba de algo cuando vio salir de la empresa Storm Corporation, a los dos, notando que Augusto llevaba obligada a Karen.



Rolando (sorprendido): ¿Qué significa esto?

Karen se levanta de la cama y sale corriendo hacia Rolando nerviosa.

Augusto: (apuntándoles con el arma) ¡Si dan un paso más, mueren desgraciados!

Rolando: ¡Vaya, vaya! ¿Quién pensaría que Augusto Méndez resultaría ser un sucio secuestrador?

Karen: (susurrándole a Rolando) Él es Silent Blood, la persona misteriosa que nos ha estado tendiendo una trampa.

Rolando (sorprendido): ¿¡Tú!? ¿Quién lo diría?

Augusto: ¡Cállense ya los dos sino quieren morir de una manera más rápida! ¡Cállense!

Rolando piensa que Augusto no es capaz de presionar el gatillo del arma, por lo que con agilidad, se lleva a Karen corriendo de allí, pero Augusto reacciona rápido y dispara. El tiro es para Rolando, quien afortunadamente no muere en el acto gracias a que el tiro solo le rozó el hombro. Los dos paran, Karen iba a salir corriendo, traicionando a Rolando, pero Augusto logra llegar rápido y tomarla del cuello con brusquedad.

Augusto: ¡Quédate quita, zorra! (Karen queda intacta). Y tú no te muevas desgraciado (a Rolando).

Augusto se lleva con fuerza a Karen para la misma cama vieja. Allí la va amarrando y luego va por Rolando, al que le hace lo mismo: Lo amarra en la misma cama en la que está Karen.

STORM CORPORATION
OFICINA DE KATHERINE

Ya varias de las personas que le tenían aprecio a Katherine, están enteradas de que ella en realidad vive. Katherine se encuentra en su oficina, haciéndole varias llamadas a Augusto, sin embargo termina por rendirse, ya que él no atiende al teléfono.



Katherine (preocupada): ¿Qué estará pasando? ¿Qué hará con Karen? (después de una breve pausa). Esto no puede seguir así, tengo que ir a buscarlos donde sea.

Katherine se levanta de la silla en la que estaba sentada y sale de la oficina a toda prisa.

CASA MÉNDEZ
CUARTO DE AUGUSTO

Leopoldo también está preocupado. Él por Augusto, pues también le lleva haciendo varias llamadas.



Leopoldo: (deja de llamar) Ya me cansé de insistir. En cuanto llegue mi hijo, tendrá que darme algunas explicaciones de la ropa tan extraña que tiene guardada en este cuarto.

La cámara enfoca la cama de Augusto, donde hay ropa negra marcada con “Silent Blood”, guantes negros y varias mallas.

CASA ABANDONADA

En la casa vieja y abandonada, la guarida de Augusto, se encuentran Karen y Rolando amarrados a la cama. Luego se ve a Augusto dentro del baño, organizando de cierta manera una tina, la cual está llena de gasolina, él va riendo mientras introduce más gasolina dentro la tina y en sus bolsillos, tiene fósforos. De lo que Augusto no se ha dado cuenta, es que Rolando está tratando de soltarse, algo que va dando resultado.



Rolando: (a Karen en voz baja) No te preocupes, yo regresaré por ti cuando llame a la policía… Solo debo ir a pedir ayuda (se termina de soltar).

Karen: Estoy segura que cuando Augusto sepa que escapaste, me matará. Desátame a mí también, por favor…

Rolando: ¿No entiendes que no hay tiempo? Le puedes decir que si algo te pasa, a él también le pasará, ya que tiene varias cosas que aclarar con la justicia: Como el primer secuestro de la otra vez. Además Katherine se enterará de su verdadera identidad, de cómo es él en realidad. ¡Nos vemos!

Rolando sale corriendo dela guarida sin hacer ningún tipo de ruido. Karen está muy nerviosa.

Karen (nerviosa): Espero no morir en este momento, tengo varias cosas que hacer (ríe). Como terminar de deshacerme de verdad de la desgraciada de Katherine. Ella no seguirá viviendo.

Karen sigue riendo, pero deja de hacerlo, poniéndose muy nerviosa al ver a Augusto en frente de ella, muy serio y pasándose la pistola de una mano a otra. En la carretera, se encuentra Rolando caminando a mucha prisa, casi corriendo, dirigiéndose a la agencia de policía. Cuando está cruzando la calle, un camión muy grande de escombros, está pasando. De repente, el camión choca con un poste de luz. El grande vehículo cae, incluyendo los escombros de metal, que se juntan con el poste de luz y hay una corriente eléctrica. Hay mucha tensión en la escena. Antes de que el camión cayera, Rolando estaba cruzando la calle, quien se quedó paralizado al ver el camión caer, no reaccionó y terminó por quedarse ahí. El hombre arde en llamas, restregándose y dando vueltas por la carretera. Hay otras personas heridas pero ningún otro próximo a morir, como Rolando. Las personas que van llegando observan todo sorprendidos El fuego se va haciendo más tenso y Rolando poco a poco es consumido por las llamas hasta morir.

CASA ABANDONADA

Karen está llorando, al ver como Augusto la va desamarrando para asesinarla.



Augusto: No debiste confiarte y permitir que ese maldito se largara. Ahora tú vas a pagar las consecuencias. Cuando la policía llegue, solo verá tu cadáver y no a mí, cuando logre escapar.

Karen: (llorando) ¡Por favor no! Espera, puedo hacerle una llamada a Rolando… Él contestará y le explicaré todo. Pero aún no me mates. Yo me iré de la ciudad y nadie sabrá nada de ti. Me quitaré de la idea de deshacerme por segunda vez de mi hermana. ¡Conseguiré todo a mi esfuerzo!

Augusto: (negándole con el dedo) No creas que las cosas son tan fáciles. Tú debes morir, así Rolando no diga nada. No te preocupes, no va a doler (ríe).

Karen: ¿Qué me vas a hacer? (Llorando)

Augusto: Solo quería despreocuparte. En realidad creo que sí te va a doler, la muerte va a ser dolorosa, cruel y quizás, un poco lenta.

Karen: ¡Te lo ruego, por favor!

Augusto: (gritándole desesperado) ¡Te dije que no zorra asquerosa! Le hiciste mucho daño a mi Katherine, y eres de lo peor. No has tenido piedad, y tantas cosas que has hecho, me llegaron hasta lo más profundo de mi corazón (ríe).

Karen: Reconozco que he sido muy mala, pero estoy arrepentida (mintiendo). Déjame ir. No debes cobrar venganza por ti mismo.

Augusto: ¡Ya cállate y vamos!

Karen: ¡Por favor no! ¡Noooo!

Karen golpea con fuerza a Augusto y sale corriendo nuevamente de la guarida, sin embargo Augusto es más rápido que ella a pesar del golpe que recibió. Él la toma por detrás, la gira a él y la golpea también. Karen cae inconsciente.

MÁS TARDE
HOSPITAL DE LOS ÁNGELES
SALA DE ESPERA

Katherine está en la sala de espera. No está preocupada, pero sí muy sorprendida por lo que ha pasado. Ella logró llegar a tiempo, cuando Rolando murió, por lo que pudo enterarse de su pérdida.



Katherine: ¿Cómo es que todo sucedió tan rápido? Rolando muerto… La verdad es que quería hacerlo pagar por lo suyo, pero solo fue el cómplice de Karen y no merecía morir tan feo… Bueno, la vida se lo cobró de una peor manera. No tengo que sentir lástima por él. También murió quemado, como murió mi papá Orlando. Qué irónico… (Lo niega con su cabeza)

En ese momento el doctor llega. Se acerca a Katherine, sabiendo que ella fue ex novia de Rolando.

Doctor: Sin duda Rolando, no tuvo oportunidad de salvarse. Su muerte es… Asombrosa. ¿Quién pensaría que sería víctima de una corriente eléctrica?

Katherine: Así es doctor. No me alegro de su muerte, pero usted más que nadie, lo conoció, después de que somos amigos y usted estuvo enterado de todos sus malos actos.

Doctor: Parece que la vida se lo cobró.

Katherine: Sí, eso mismo pensé yo. Bueno doctor, me retiro… (Antes de irse) ¡Ah! Y, aunque yo haya sido víctima de él, me haré cargo de los gastos que corran, como el funeral y el entierro.

Doctor: Está bien Katherine. Qué buena es.

Katherine: (sonríe) No es nada. Hasta luego.

Katherine se va yendo del hospital, dirigiéndose a la casa de Leopoldo. Más tarde, Katherine ya llegó allí. Se encuentra con Leopoldo quien está en la sala de la casa.



Leopoldo: (se acerca a ella y la besa en la mejilla) Que bueno que llegaste mi amor. Te quería preguntar si sabes dónde está mi hijo, Augusto.

Katherine: Hola Leopoldo. Eh, no, exactamente no sé dónde está. La última vez que lo vi fue en la empresa. Dijo que quería hablar con mi hermana Karen. Por cierto, la desgraciada se llevó su sorpresa y susto cuando me vio.
Leopoldo: (sonriendo) Es bueno que vaya sabiendo que estás viva. Pregunto por mi hijo porque encontré unas cosas muy raras en su cuarto. Ropa negra, mallas, y mensajes en la ropa con palabras en inglés.

Katherine (extrañada): ¿Así? ¿Y qué dicen las letras en inglés?

Leopoldo: Eh, no recuerdo bien, algo como “Silent” o “Blood”… Qué extraño. Por eso he estado llamándolo, para pedirle una explicación.

Katherine se queda fría ante lo que dijo Leopoldo. Recuerda unos momentos antes cuando estuvo discutiendo con Karen y ésta le mencionó alguien así.

Katherine: Silent Blood… Karen lo conoce. Ella y yo discutimos en la oficina y me mencionó a un tal Silent Blood. ¿Qué tendrá que ver Augusto con esto? Nos tendrá que dar una buena explicación Leopoldo. Bueno, me iré a mi cuarto, tengo sueño.

CASA ABANDONADA
BAÑO DESGASTADO

En el baño desgastado de la guarida de Silent Blood, Augusto, está Karen dormida en la tina, la cual está llena de gasolina. Está amarrada a los lados para que no se pueda salir. Va despertando cuando siente la presencia de Augusto al lado de ella.



Augusto: Lo has intentado varias veces, y eso sí que me enfurece.

Karen: No quiero seguir quedándome… Aquí. Por favor déjame ir, me iré de la ciudad y si es posible del país. Hagamos ese trato, por favor Augusto… O acuéstate conmigo. ¡Hago lo que sea! (suplicando).

Augusto: ¡Claro que no!

Augusto le da una bofetada a Karen por segunda vez. A ella se le corre el rostro y se toca con la mano la cara, llena de dolor.

Augusto: Me doy cuenta que eres más perra de lo que pensé. ¿En serio piensas que voy a traicionar a mi Katherine? ¡Por supuesto que no! Ella es mía y de nadie más. ¡Ni el viejo de mi padre me la podrá quitar! He soportado mucho tiempo verlos juntos, pero ya no más. ¡No más! (ríe).

Karen: Estás obsesionado con ella ¿no? ¡Responde maldito! ¿Qué tiene ella para no tener yo? ¿¡Qué!? (Gritando y a la vez llorando enojada).

Augusto: ¡Cállate la boca estúpida!

Karen: ¡Suéltame o te juro que te arrepentirás! ¡Maldito desgraciado! ¡Eso es lo que eres! ¡Un ser despreciable obsesionado con una mujer!

Augusto saca la caja de fósforos, algo que pone nerviosa a Karen, quien está mirando directamente la mano de Augusto. Éste ríe escandalosamente, saca un fósforo y con la caja, lo enciende.

Karen: (gritando) ¡Nooooooooooo!

Augusto deja caer el fósforo. La cámara lo enfoca y muestra como va cayendo con lentitud, hasta llegar a la gasolina de la tina. Todo se empieza a quemar, Augusto sale rápido del baño y se esconde debajo de una mesa alejada del lugar, para evitar quemarse. Logra escuchar los últimos gritos de Karen.

Karen: ¡Sácame de aquí! (Llorando desesperada) ¡Por favor! ¡Augustooooo! ¡Ojalá te pudras en el infierno maldito desgraciado! ¡Nos veremos pronto, maldito!

Karen termina retorciéndose en la tina, hasta morir también calcinada.

MÁS TARDE
CASA MÉNDEZ
CUARTO DE KATHERINE

Katherine estaba durmiendo en su cuarto. Se despierta sudando, como si presintiera algo.



Katherine (asustada): ¡Dios mío! ¿Qué es este presentimiento tan extraño? Algo que me dice que algo acaba de pasar, pero… (Empieza a sonar su celular, ella contesta) ¿Hola? (pausa mientras hablan en la otra línea) Sí, soy yo… (Pausa) ¿¡Qué!? ¡No puede ser! ¿Me está hablando en serio? (Pausa) Está bien, iré para allá mismo. Muchas gracias por la llamada, hasta luego (cuelga). ¿Karen muerta…? ¿Y calcinada?

Katherine se levanta de la cama a prisa y sale de su habitación. Baja con prisa las escaleras y entra a la sala de la casa.

Katherine: (a Leopoldo que está ahí) Debo irme Leopoldo. Algo urgente sucedió…

Leopoldo: Está bien Katherine, te espero.

Katherine se dirige para la agencia policíaca. Por otro lado, Augusto va llegando a su casa. Para su suerte, no se cruza con Katherine pero sí con Leopoldo, cuando entra a la casa.



Leopoldo: (con la ropa negra marcada de Silent Blood) ¿Qué significa esto, hijo?

Augusto se queda frío ante la pregunta de su padre, al que mira con ira.

MÁS TARDE
AGENCIA POLICÍACA

Katherine termina de hablar con el oficial, quien se está encargando del caso de la muerta de Karen Jiménez. Katherine se aleja un poco de la recepción y se sienta en una silla, con las manos juntas y asustada.



Katherine: ¿Sería entonces Augusto quien mató a Karen? El agente encontró una nota marcada por el tal Silent Blood en la guarida en donde encontraron el cuerpo de Karen. Por lo que me contó, el asesino misterioso hizo una llamad para que fueran a la casa abandonada.

Katherine recuerda hace unas horas, cuando Leopoldo le confesó haber encontrado ropa negra con “Silent Blood” en el cuarto de Augusto.

Katherine: No puede ser. Augusto es él. ¡Es un asesino! (Aterrada se levanta) Debo ir allá, tengo que ir.

Katherine sale a toda prisa de la agencia de policía, dirigiéndose a la casa de Leopoldo.

CASA MÉNDEZ
SÓTANO

La lujosa casa de Leopoldo, cuenta con un sótano, lleno de escombros, oscuro y húmedo. Solo se refleja una luz que sale por una rendija de arriba, donde está la salida del sótano. Leopoldo está amarrado a una silla allí. Augusto lo ató, amenazándolo con un arma. Leopoldo trata de gritar, pero no puede ya que su boca está tapada con cinta. Tiene una herida en la frente, como si le hubieran dado un golpe. Arriba, Augusto tiene una mirada retraída. No se mueve, parece tener problemas mentales. De repente, tocan el timbre de la puerta. Augusto reacciona y va a abrir, poniéndose nervioso al ver entrar a Katherine.



Katherine: Tengo que hablar contigo…

Augusto: Eh, claro… Dime. ¿Para qué soy bueno?

Katherine: ¡Para nada, asesino! (Augusto se pone más nervioso). ¿Por qué mataste a Karen? ¿Por qué te tenías que hacer pasar por Silent Blood para andar asesinando a quien se te pegara la gana? (Enojada) ¡Responde! ¿Tenías que hacer justicia por tu cuenta? ¿No me podías dejar a mí?

Augusto: No sé de qué estás…

Katherine: (le interrumpe) ¡Sí sabes! No te hagas. ¿Dónde está Leopoldo?

Katherine se va por toda la casa, entrando a todos y cada uno de los lugares.

Katherine: ¿¡Dónde está!? (Oye un ruido del sótano) ¿Qué fue eso?

Augusto: No fue nada, es simplemente que…

Katherine se dirige a la puerta del sótano. Ve que está cerrada con llave, por lo que la abre, al ver la llave pegada de la puerta. Augusto va hacia ella y trata de detenerla, pero no lo logra. La muchacha lo empuja hacia dentro, por lo que Katherine baja con rapidez las escaleras del sótano, encontrándose a Leopoldo.

Katherine (asustada): ¿Qué es esto? (Augusto llega). ¿¡Me puedes explicar qué significa esto!?

Augusto: Él… (Katherine le interrumpe)

Katherine: ¡Suéltalo! Sino lo sueltas, te juro que te arrepentirás, desgraciado.

Más tarde, Katherine se encuentra con Leopoldo. Ambos están sentados en los sofás de la casa. Augusto les confesó todo. Él ríe como un psicópata. Katherine y Leopoldo lo miran sorprendidos.



Leopoldo: Estás demente hijo. ¿Cómo pudiste? ¿¡Y cómo pudiste hacerme eso a mí!? ¿Acaso no tienes uso de razón?

Augusto: ¡Cállate viejo asqueroso! ¡Tú me quitaste a Katherine! ¡Ya era hora que te hiciera pagar eso! Si ella no hubiera llegado, estarías tres metros bajo tierra (ríe).

Leopoldo: ¡Por eso que eres despreciable! ¿Quién pensaría que mi hijo estaría en éstas? ¿¡Quién lo diría?! Siempre confié en ti, y mira con lo que me saliste. ¡Estás demente! ¡Obsesionado por ésta muchacha!

Augusto: ¡Cállate!

Katherine (molesta): Leopoldo tiene razón. Agradece que aún no hayamos llamado a la policía.

Leopoldo: Exacto. Te irás a un centro de rehabilitación, para luego ir a pagar tu crimen en la cárcel.

Augusto (muy alterado): ¡No iré a ninguna parte viejo! ¡Por supuesto que no!

Augusto saca de por detrás un arma. Le apunta a su padre y antes de que él y Katherine puedan pronunciar una palabra, Augusto presiona el gatillo, disparándole en todo el corazón a Leopoldo. Se acerca más a él y le da un tiro más, en el mismo lugar. Katherine abre los ojos de la sorpresa, empieza a gritar y a llorar. Augusto pone su arma en su frente, y se dispara, cayendo fulminado al piso, muerto. Katherine se arrodilla al piso, sin dejar de llorar y gritar. Se oye un ruido muy extenso, como un silbido profundo.

HORAS MÁS TARDE
HOSPITAL DE LOS ÁNGELES

Katherine está en la sala de espera del hospital. Tiene los brazos juntos, sentada en una de las bancas, con los ojos rojos de tanto llorar. En eso, Cristina viene corriendo hacia ella, pegándole seguidamente. Katherine trata de defenderse, con ayuda de Augusta, quien venía acompañada de ella.



Augusta: ¡Ya basta Cristina! ¡Cálmate!

Cristina: (a Katherine) ¡Asesina! ¡Por tu culpa es que Augusto, mi Augusto, murió! ¡Perra desgraciada!

Augusta: Deja de decir eso Cristina. Katherine me explicó todo y tú eres quien no quiere entender. ¡Augusto se convirtió en un asesino! Por culpa de él es que mi padre está ahí en el hospital, debatiéndose entre la vida y la muerte.

Cristina: (llorando desesperada) Aquí no hay nada que haya que entender Augusta.

Augusta: ¡Claro que sí! Tú, quizás necesitas ir a un lugar de reposo, para que puedas calmarte… Debes de superarlo (la toma de las manos pero Cristina de suelta).

Cristina: Seguro tú estás confabulada con ésta maldita asesina. ¡Lo van a pagar desgraciadas! (Se va yendo riendo) ¡Se los juro! ¡Jajajaja!

Katherine: Esa mujer está loca.

Augusta: No te preocupes Katherine. Descuida. Sé que al principio no me caíste muy bien, pero creo que eres una buena persona. Ahora solo hay que pensar en el bienestar de mi padre. No me cabe en la cabeza lo que hizo Augusto, me resulta… Increíble (empieza a llorar). Me quedé sola, completamente sola… (Katherine la abraza para calmarla).

En ese momento se acerca el doctor a las dos muchachas. Katherine y Augusta se acercan a él preocupadas.

Doctor: Lo siento señoritas. Leopoldo Méndez acaba de fallecer. Hicimos lo que estuvo a nuestro alcance, pero él no resistió. Fueron dos balas en el corazón. Demasiado tarde. Lo siento mucho… Permiso (se va).

Katherine y Augusta se vuelven a abrazar, llorando las dos fuertemente. Más tarde, ambas están platicando, en la entrada del hospital.

Katherine: Entonces sí te irás de viaje.

Augusta: Sí, creo que es lo mejor. Siento dejarte sola. Pero no me siento con ánimos de quedarme en la ciudad. No sé cuándo volveré. También lamento irme sin ir a al entierro de papá (solloza), pero no lo soportaría. Nunca me han gustado ese tipo de cosas. Hablaré con mi mamá, tal vez acepte irse conmigo.

Katherine: Está bien, yo entiendo tu decisión. Espero que nos volvamos a ver en un futuro.

Augusta: Claro que sí madrastra.

Augusta ríe, pero entre sus sonrisas, también llora. Abraza de nuevo a Katherine.

HORAS DESPUÉS
CASA DE MARTHA

Martha está con Augusta. Ambas preparan algunas maletas.



Augusta: Me alegro mamá que hayas aceptado irte conmigo. Recuerda que me prometiste que dejarás las apuestas.

Martha: Por supuesto hija. Después de que por ambición, me robé esas cosas, estoy arrepentida. Casi me veo descubierta. Ya te lo había contado a ti. Fue terrible salir huyendo ese día, no hace mucho. Llegué tan asustada a casa, diciéndome a mí misma que nadie más podía saber lo que hice. Por suerte tú me comprendiste. Pero voy a cambiar, y más ahora que tu padre murió. Lo lamento tanto (empieza a llorar).

Augusta: A pesar de que ustedes no terminaron bien, me doy cuenta que seguías sintiendo algo por él.

Martha: Bueno... Me duele no ir al cementerio. Pero soy como tú, no lo soportaría.

Augusta le toma las manos a su mamá, y la mira sonriendo. Después de unen en un sincero abrazo.

HOSPITAL DE LOS ÁNGELES
CUARTO



Leopoldo está cubierto con una sábana blanca. A su lado está Katherine, sentada en una silla y teniéndole la mano tomada, sumisa por el llanto.



Katherine: Perdóname por haberme acercado a ti de esa manera, por interés. Ahora estoy arrepentida y creo que debí haberte valorado. Siempre fuiste una buena persona conmigo y no llegaste a sobrepasarte, que fue lo que pensé. Perdóname (entra una enfermera).

Enfermera: Permiso señorita… Discúlpeme pero ya pasaron tres horas. Creo que debemos llevar el cadáver ya la morgue.

Katherine: (se levanta más calmada) Está bien. Entonces me retiraré. Creo que mañana mismo podría ser el entierro, en el cementerio Forest Lawn, de aquí en Los Ángeles. Es el mismo en que se llevará acabo el entierro de Karen Jiménez García, Augusto Méndez Carrillo y Rolando Corona.

Enfermera: Es sorprendente señorita. Cuatro entierros en un mismo cementerio, y siendo familiares de usted. Entonces me encargaré de hablar con el personal del cementerio. Yo lo siento mucho por usted. Debe ser muy lamentable.

Katherine: Muchas gracias. Me retiro ya. Hasta luego.



Katherine se va del cuarto, y aunque intenta no llorar, no logra hacerlo. Mientras sale del hospital, va caminando más rápido. La noche ya cayó en Los Ángeles, y hay relámpagos y truenos. Katherine sale del hospital, caminando en el medio de la calle, que está completamente desolada. No hay muchos autos que circulen y no se ven personas. Empieza a llover. La muchacha sigue caminando, llorando sin parar. Después de determinado tiempo, se arrodilla agachada en el medio de la carretera, llorando y mirando para el cielo, mientras sigue llorando con mayor fuerza.

DÍAS DESPUÉS
CEMENTERIO FOREST LAWN
DÍA





Katherine está en el cementerio, en el que un par de días antes, enterraron a Augusto, Karen, Rolando y Leopoldo juntos. En el mismo cementerio están sus padres enterrados: Orlando y Eleonora. Todas las tumbas están cercanas. Katherine está para en la del frente de Karen, con vestido negro, con el cabello de un estilo diferente y sin mucho maquillaje. Ella se agacha y pone unas rosas allí. Luego se vuelve a levantar, nostálgica.



Katherine: Lamento desde lo más profundo de mi corazón, que todo haya resultado así. Quizás debí haber sido un poco menos dura contigo. Debí haber dejado a un lado mi rencor hacia ti, y perdonarte por todo. Tal vez así, no estarías aquí. Creo que me he quedado sin nada (triste). Ya nada me queda, estoy sola. Pero confiaré en que Dios me ayude, y pueda ser libre, porque ahora la tristeza me tiene en cautiverio. Perdóname hermana por todo (llorando).

Katherine deja de llorar calmada, pensando en que eso no es lo que quieren sus padres. La muchacha mira con nostalgia todas las tumbas, que tienen rosas. Luego Katherine se empieza a ir del cementerio, caminando lentamente mientras el viento sopla fuerte. Detrás de ella, se ven dos siluetas de color azul. Casi no son visibles; con Orlando y Eleonora, en silueta fantasmal, y sonriéndole a su hija.

FIN

jueves, 27 de noviembre de 2014

Corazón de Tormento [Capítulo 7]




Karen: (hablando de Rolando) Maldito. ¿Por qué me secuestraría? Pero no me quedaré de brazos cruzados. Menos mal te llevaron a la cárcel, como la rata inmunda que eres.

UN MOMENTO DESPUÉS
AGENCIA DE POLICÍA

Rolando está muy pensativo, encerrado tras las rejas en una celda de la agencia policíaca.



Rolando: Me las pagarás muy caro Karen, ya lo verás… Por tu culpa estoy aquí encerrado. Te juro que cuando salga, te vas a arrepentir.

Capítulo 7

OFICINA DE KAREN

Karen está sentada en la silla de su oficina, cruzada de piernas y de brazos al mismo tiempo.



Karen: Que ni sueñe Rolando que lo voy a sacar, por mí que se pudra en la cárcel. A ver si sigue de ridículo queriéndome secuestrar. No logra nada con eso.

En eso Katherine, mejor maquillada para ser más difícil de ser reconocida, va yendo a su oficina. Justo en ese momento, Karen iba a salir, por lo que la ve y sale corriendo tras ella. Julieta entra en su oficina y atrás le sigue Karen tirando la puerta.


Julieta: ¿Qué te pasa?

Karen: Ay no te hagas la inocente y comienza a decir de una vez quién eres.

Julieta: Acaso tú no me conoces.

Karen: No, siempre dije desde que llegaste que tenías algo guardado y lo he descubierto.

Julieta: ¿Qué se supone que es? Porque yo no guardo nada.

Karen: Dime ¿quién eres? Temes a que te descubran.

Julieta: Soy Julieta Prada Jiménez, pronto seré de Méndez porque me voy a casar con Leopoldo. Me imagino quién soltó la lengua de contarte. No tiene nada que ver mi segundo apellido con el apellido de tu difunta hermana.

Karen: Que casualidad que te llames así.

Julieta: No seas ignorante, tú no eres única, ¿cuántas Karen no hay? Prostitutas, indigentes, pobretonas, entre otras.

Karen: Me encantan los adjetivos.

Julieta: Y como esas que mencioné, puedes quedar tú.

Karen: ¿Me estás amenazando?

Julieta: Ahí no, no sabes dónde estás parada.

Karen: Aquí la dueña soy yo y tengo la mayoría de las acciones.

Julieta: Tu padre me dejó la presidencia. Hasta que la junta no me la apruebe, no te puedo sacar de Storm Corporation, pero tranquila que pronto te largas. Por favor retírate de mi oficina.

Karen: Eso lo vamos a ver Julieta.

Karen se retira de la oficina de Julieta, pasa por su oficina y recoge su bolso rápidamente baja por el ascensor y se dirige a la agencia policíaca.

CASA DE LA FAMILIA MÉNDEZ
SALA

Leopoldo conversa con su hija Augusta, sentados en los sofás de la gran casa.



Leopoldo (preocupado): No sé qué hacer, con tantas cosas.

Augusta: Padre deja el estrés.

Leopoldo: No hija, hay muchas cosas: La boda, Julieta, Augusto… Lo que está pasando es un desastre.

Augusta: ¿Qué boda?

Leopoldo: Hija, se me olvido comentarte que Julieta y yo nos casaremos.

Augusta: ¿Qué? ¿Y mi madre dónde queda?

Leopoldo: Tu madre es pasada y yo ya estoy divorciado de ella, tengo el derecho de volverme a casar.

Augusta: No estoy de acuerdo.

Leopoldo: Eres la única porque todos están felices con la noticia.

Augusta: Ya verás que te dejará en la quiebra.

Leopoldo: ¿Qué quieres decir con eso?

Augusta: Ella te utiliza, solo quiere dinero para irse de aquí, gana lo suficiente estando en Storm Corporation, ayer me enteré que ella es una de las mayores asociadas.

Leopoldo: Seguro ya Cristina te metió cosas en tu cabeza hija, Julieta es una buena muchacha, ella no lo haría, nunca me traicionaría.

Augusta: Solo te lo advierto.

AGENCIA DE POLICÍA

Karen llega a la agencia policíaca. Se acerca a la recepción, en donde se encuentra el agente.



Karen: (al agente principal) Buenas, vengo a pagar la fianza de Rolando Corona, más bien a declarar.

Agente: Pase por aquí…

El agente sale de la recepción y acompaña a Karen a una oficina.

Karen: Señor oficial, sé que he cometido algo terrible pero es que quería darle un susto a Rolando y por eso le tendí esa trampa, lo necesito ya y quiero que lo saquen.

Oficial: Señorita usted puede ir presa por lo que ha hecho. ¿No se ha dado cuenta?

Karen: No señor, entonces no lo tome así y yo pago la fianza.

Oficial: No lo sé, un simple susto y una excusa como esa no justifica nada en donde usted no salga perjudicada.

Karen: ¡Le pagaré la fianza y si es posible, más! No lo estoy chantajeando, pero quiero que esto se solucione de una vez.

Oficial: Está bien…

El oficial acepta y sale de la oficina. Le hace una seña al agente que de nuevo está en la recepción. Unos momentos después, Rolando sale y se acerca a Karen cuando la ve.



Rolando: A pesar que dije que te ibas arrepentir cuando saliera de aquí, te doy las gracias.

Karen: Deja la estupidez y vámonos.

MÁS TARDE
CASA DE LA FAMILIA JIMÉNEZ

Karen y Rolando ya llegaron a la casa Jiménez. Ambos se encuentran en la sala.



Karen: Julieta me quiere dejar en la calle y si ella me quita todo, a ti también. O la matamos o la desaparecemos, una de dos, pero ella no tiene que vivir.

Rolando: Quiero muerte y Julieta es la siguiente.

Karen: Perfecto… ¿Cuándo, dónde y cómo?

Rolando: Hoy en la tarde, aquí y el gatillo se apretó solito sin querer queriendo.

Karen: Buen plan. En fin, yo voy a hacer unas compras y nos vemos aquí al caer la noche, llámala y dile que vamos agarrar unas cosas que faltan en algunos papeles que no cuadran.

Karen sale de la casa y se va al centro comercial más cercano.

CITY MALL

Karen está viendo algunas cosas en un centro comercial importante.



Karen: Que bellas cosas. Quiero un vestido igual a ese (señala un vestido corto y rosado).

De repente Karen siente que la están persiguiendo y comienza a caminar un poco más rápido.

Karen: Ay Dios, ¿qué pasa? Me siento incómoda.

De repente a Karen se le acerca por detrás una persona vestida de negro, con un sombrero y una bufanda que le cubre parte del rostro. Es Silent Blood, solo que no tiene la malla puesta para disimular. De igual forma, no se le nota el rostro por la bufanda gris que lleva.



Persona: No vayas a gritar y te vas a ir por donde yo te diga (la amenaza por detrás con una pistola con disimulo).

Karen: Pero ¿qué quieres?

Augusto: Cállate la boca y camina donde te estoy diciendo.

Augusto y Karen llegan hasta el estacionamiento y se montan en un vehículo, y se dirigen a una casa abandonada.

Unos momentos más tarde, se enfoca a Karen que se abaja asustada y la persona misteriosa siguiéndola atrás.

Karen: ¿Qué quieres de mí?

Silent Blood: Solo te quiero a ti.

Karen (asustada): ¿Quién eres tú? ¡Descúbrete el rostro ya!

Silent Blood hace lo dicho por Karen, no por obedecerla, sino por darse a conocer. Él se quita el sombrero y acto seguido, la bufanda, revelando quién es. La cámara solo lo enfoca desde por detrás.

Karen (sorprendida): ¿¡En serio eres tú!? (Se muestra el rostro de la persona misteriosa).



Augusto: Sí, soy yo…

Karen: Me asustaste. ¿Por qué me trataste así? Me hubieras dicho del principio que eras tú.

Augusto: Te quería dar una sorpresa.

Karen: ¿Y eso por qué?

Augusto: Desde que te conozco me has gustado y bueno quería estar contigo.

Karen: ¿En serio?

Augusto: Sí, te amo Karen.

Karen: Yo también te amo.

Augusto besa a Karen y la fue acostando en una cama vieja que estaba en la casa abandonada. Después de unos segundos se levanta.

Karen: ¿Qué pasa? ¿Por qué no sigues?

Augusto saca un arma detrás.

Augusto: (ríe) No seas ridícula, yo solo te quiero muerta.

Karen: Me estás asustando.

Augusto: Asústate porque este que está aquí fue quien te secuestro por primera vez y esta vez es para culminar el trabajito. Soy Silent Blood y acabaré con todos ustedes, contigo y el imbécil de Ronaldo.

Karen: ¡No Augusto! No puede ser, siempre te quise. Podemos cambiar.

Augusto: ¿Qué me puedes dar tú?

Karen: Si quieres acuéstate conmigo pero déjame libre.

Augusto: Está bien, me acostaré contigo a cambio de que te dejaré libre y te callarás la boca de quién soy realmente porque sino, ésta última bala va estar cerca de tu cabeza. Y deja de estar hablando de mi Julieta porque si me llego a enterar de que hablas mal de ella, de igual manera te mato.

Karen: Yo sé que en esto ella tiene metidas las narices, dile que se venga a enfrentar conmigo.

Augusto le da una cachetada a Karen muy fuerte, tanto que le deja el rostro marcado a la mujer. Ésta se voltea y mira fulminante a Augusto. Él la coge de la barbilla.

Augusto: No hables mal de ella, yo la amo y la voy a defender hasta el final. ¡Así digas que estoy obsesionado con ella! (ríe como un psicópata y suelta a Karen).

Karen: ¿Por qué a mí me haces esto?

Augusto: Tú le hiciste daño a Karen y quien se acerque a ella con malas intenciones, lo pagará caro. Por tu parte, nadie te quiere, Rolando está contigo por el dinero.

Karen: Todo es mentira.

Augusto: Cállate Karen. ¿No te da pena lo desgraciada que eres? Todos te buscan por dinero, tú eres una cualquiera.

Karen: Así no me decías antes, déjame ir y yo quedo como una tumba.

Augusto: Así tan fácil no mi amor, nadie conoce al verdadero Augusto. Eres una perra de lo peor. Solo te traje aquí para advertirte y para que te dieras cuenta de quién soy yo. Debemos regresar a la empresa Storm Corporation, nadie puede sospechar algo y seguro allá debe estar alguien que te dará una sorpresa…

Augusto levanta a Karen a la fuerza y la lleva casi a rastras. Se ve como la sube al auto de Augusto y se van. Augusto escuchó una vez pasada, una conversación entre Katherine y Leopoldo sobre que ella se revelará ante Karen muy pronto. Augusto sabe que Katherine debe estar en la empresa.

EMPRESA STORM

Karen llega con Augusto. Éste le advierte que no puede decir nada, sino le pesará. Karen entra a la que fue empresa de su padre.



Karen: Buenas tardes.

Recepcionista: Señorita Karen, una joven la espera en su ofician. La verdad es que es de no creer.

Karen: ¿De qué hablas?

Recepcionista: Sí, esa mujer es Julieta, mejor dicho, es ella, solo que está de otra forma. Ella y yo hablamos. Ya se dará cuenta usted cuando suba.

Karen sube y entra a su oficina. Cuando llega le dan media vuelta a su silla y alguien dice para su sorpresa…



Katherine: Que rápido pasó el tiempo. ¿Verdad hermana?

Karen (sorprendida): ¿Katherine?

Katherine: Así es (se levanta y va hacia ella). No morí y ahora regresé para seguir y quedarme con todo, porque tú y el desgraciado de Rolando no se van a quedar con el dinero. Mi padre luchó hasta el final por todo y tú y el maldito desgraciado de Rolando, no tenían derecho. ¡Soy Katherine Jiménez y no podrás conmigo estúpida! ¡Más bien, conóceme como Julieta Prada! ¡Sí! (ríe).

Karen: ¿Cómo no moriste? ¿Por qué estás aquí? ¡Habla perra!

Katherine: ¡Cállate tu sucia y deslenguada lengua! ¿Eres idiota? ¿No escuchaste lo que te acabo de decir de por qué estoy aquí? Y más te vale que me vayas tratando bien. Me voy a casar con Leopoldo Méndez y voy a tener más dinero que tú porque vas a quedar en bancarrota y tú vas a pagar por la muerte de mi madre y por la muerte de mi padre, igual que el perro de Rolando.

Karen (nerviosa): ¿Hasta cuándo te vas a adueñar de todo?

Katherine: Todo es mío y a mí nadie me lo quita. ¿Te parece?

Karen: Te odio ridícula, eres una desgraciada.

Katherine: ¡Cállate la boca Karen!

Karen: Seguro que debes de conocer a Silent Blood, que ha llegado para quedarse y acabará contigo.

En eso Augusto entra solo vestido de negro.



Augusto: ¿Karen será que hablamos?

Katherine (sorprendida): Hola Augusto. ¿Y tú qué haces aquí?

Karen: No puedo hablar contigo ahora, Augusto.

Katherine: ¿Augusto qué quieres hablar con ésta perra desgraciada? ¿Se habían tratado antes?

Augusto: Lo siento Katherine, luego hablamos tú y yo. Despreocúpate, tengo unas cuentas pendientes con tu hermanita querida.

Augusto le hace una mirada retadora a Karen, la cual la hace ir hacia él. Los dos salen de la oficina, dejando a Katherine confusa y extrañada. Entran al ascensor de la empresa.



Augusto: (a Karen) Te lo dije desgraciada, conmigo no te podrías meter y esto te va a salir caro.

Karen: ¿Pero qué hice? Solo le dije sus verdades a esa zorra. ¿Por qué la quieres defender? ¿Tanto la amas?

Augusto y Karen llegan abajo. Él se la para la guarida desolada. La cámara enfoca al auto arrancar. Más tarde llegan. Augusto le apunta a Karen dentro del auto.

Augusto: Bájate estúpida.

Karen: Pero no me aprietes...

Karen se baja del auto siendo apuntada por Augusto. Entran a la guarida. Él la tira contra la cama.

Augusto: Ahora sí vas a saber quién es Augusto, Augusto Méndez (ríe).

CONTINUARÁ...

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Corazón de Tormento [Capítulo 6]

Martha se retira de la casa y dice Cristina:



Cristina: No vamos a comer.

Augusto: Sentémonos en el comedor.

Katherine: Yo ya comí y no me sentaré con ella.

Leopoldo: Te vas a sentar Katherine... Por favor.

Katherine: A mí nadie me obliga hacer algo que yo no quiero. Tú y Augusto son como mi familia pero no ella, lo siento. jamás me llevaré bien con ella.

Augusto: Me vas a disculpar Katherine, pero ¿qué te pasa? ¿Hasta cuando con el teatro?


Capítulo 6


Katherine: No es ningún show Augusto. Simplemente no soporto a esta mujer. Permiso.

Katherine sube las escaleras y entra a su cuarto. Cierra la puerta y se desliza por ella.



Katherine: (suspira) ¿A quién más engaño sino es a mí misma? Quedo con dudas al casarme con Leopoldo, pero necesito dinero (recia). No voy a cambiar de parecer. Esos dos van a tener que pagar con sangre todo el daño que me hicieron, y me siguen haciendo.

La mirada de Katherine se torna a una llena de furia. En el piso de abajo, cenan Augusto, Cristina y Leopoldo. De repente el timbre de la casa suena. Éste último va a abrir, sonriendo al instante al ver a su hija Augusta.



Augusta: (sonriendo) ¡Papá! ¿Cómo has estado?



Leopoldo: (también sonriendo) ¡Hola hija! Muy bien, gracias. ¡Pero qué sorpresa! Me dijiste que vendrías, pero nunca pensé que lo ibas a hacer tan rápido.

Augusta: Sí papá. ¿Y dónde está mi hermano, Augusto?

Leopoldo: Vamos, termina de entrar.

Augusta termina de pasar a la casa. Sonríe al ver a Augusto cenando con Cristina. Los tres se saludan.

Cristina: Qué bien que viniste amiga. Precisamente te necesito para que me acompañes mañana a la empresa Storm Corporation.

Leopoldo (extrañado): Y… ¿Para qué quieres ir allí, Cristina?

Cristina: Le quiero hacer una visita a mi amiga Karen Jiménez (Leopoldo y Augusto se miran entre sí). Además ella me había comentado sobre un aumento de senos. ¿Y quién más para recomendarte Leopoldo que tu hija Augusta?

Leopoldo: Mmm, está bien chicas. Como quieran.

Leopoldo y Augusto se retiran de allí un breve momento.

Augusto: ¿Vas a permitir papá que mi hermana y Cristina vayan allá?

Leopoldo: ¿Qué más podría hacer hijo? No se los puedo impedir, y más estando tu novia aquí. Les parecería raro, así que peor sería.

Augusto: Solo espero que no vayan a comentar nada sobre Katherine. Porque siendo así, Karen comienza a investigar, pareciéndole raro que hayamos recibido a una desconocida hace ya cierto tiempo.

AL DÍA SIGUIENTE, ALREDEDOR DEL MEDIO DÍA
STORM CORPORATION

Karen está en su oficina, de repente tocan la puerta. Ella va y abre.



Cristina: ¡Como te lo prometí amiga! Aquí estoy, con Augusta, la hija del cirujano más prestigioso de la ciudad. ¿Qué te parece? (sonríe y pasa).

Karen: Ambas pueden sentarse (sonríe farsa). Qué bueno tenerlas aquí. Como te lo comentaría Cristina, me gustaría un aumento de... (Ríe cínicamente)



Augusta: Sí, entiendo (también ríe). Yo he participado en las cirugías que ha hecho mi papá, en este tipo de cosas. Ya solo debes explicarme, citar la fecha y yo pronto hablaré con papá.

Minutos más tarde, Cristina y Augusta están saliendo de la oficina de Karen. Ésta sonríe de una manera hipócrita. Augusta se adelanta, mientras Cristina se queda con su amiga.

Cristina: ¿Sabes? Últimamente Augusto ha estado muy distante de mí…

Karen: (pensando) ¿Y a mí qué diablos me importa estúpida? ¡Mejor! Al separarte de Augusto, tendré el camino libre idiota (ríe).

Cristina: Todo debe ser por la culpa de esa mujer que está en la casa. ¡No lo entiendo! ¿Qué obligación tenían Augusto y Leopoldo de recogerla?

Karen (sospechosa): ¿De quién hablas?

Cristina: Sí Karen, de una tal Julieta.

El nombre que acaba de pronunciar Karen, la deja muy impactada, pensando si es la misma Julieta de la empresa, u otra distinta.

Cristina: Lo más raro de todo, es que ayer Leopoldo la llamó como… No recuerdo, un nombre parecido a Kate, Katherine, algo así. ¿Acaso esa desgraciada tiene dos nombres? En fin amiga, me voy ya para que Augusta no me deje atrás. Nos vemos.

Karen: (sonríe farsa) Claro, hasta luego (Cristina se va). ¿Qué significa esto? Julieta... Y Katherine (pensativa). ¿Acaso…? (se lleva la mano a la boca de la sorpresa). No, esto no lo podría creer. Esas dos no pueden ser la misma persona.

STORM CORPORATION
OFICINA DE KAREN

Rolando está entrando a la oficina de Karen. Él vio salir a Cristina y a Augusta.



Rolando: ¿Qué hacían esas mujeres aquí en tu oficina? ¿Qué tramas Karen? ¿Es verdad lo que me dijiste?

Karen (histérica): ¡Qué te importa, imbécil! Ahora lo más importante es conocer la verdadera identidad de Julieta, Julieta Prada. Esa desgraciada puede ser Katherine.

Rolando: (se sienta) ¿Qué dices?

Karen: ¿No escuchaste idiota? ¿Eres sordo, tarado? (con enojo). La inútil de Cristina me dijo que en casa de Augusto, hay una mujer, llamada Julieta. El viejo ese de Leopoldo la llamó por dos nombres distintos: Julieta y Katherine. ¿No te parece extraño? ¿No será la misma Julieta? La supuesta nueva socia.

Rolando: No te adelantes tanto Karen, puede que sea la misma Julieta, pero no la misma Katherine. Por eso te lo dije, que Julieta me parecía muy familiar.

Karen: ¡Ya sé que me dijiste! Me doy cuenta que casi no te interesa lo que te digo. Ahora soy yo quien te pregunta… ¿Qué tramas?

Rolando: (se levanta de la silla) ¿Qué tramo? ¡Nada! Qué pregunta (se va de la oficina).
Karen (molesta): No soy tonta. Algo vas a hacer, te conozco muy bien (pensativa): ¿Qué me vas a hacer Rolando?

Karen se queda pensativa, sin saber contestar lo que se preguntó así misma. Toma el teléfono del escritorio y llama a su secretaria, quien no contesta.

Karen: ¿Por qué no contestas estúpida? ¡Ah! Olvidaba que es hora del almuerzo. Todas esas lerdas asquerosas deben estar almorzando.

De repente, vuelven a tocar la puerta una vez más. Karen con alteración va y abre, llenándose de sorpresa, y sintiendo por primera vez, miedo.

Karen: ¿Qué me quieres hacer? ¿¡Quién eres!? ¡Habla! (no se muestra el rostro de la otra persona).

CASA JIMÉNEZ

Katherine sin temor a estar arriesgándose demasiado, está cerca de su antigua casa. Mira pensativa, viendo de qué manera poder entrar. La muchacha se acerca mucho más, y ve que la reja grande que hay, está sin seguro. Katherine sonríe y entra, pero se extraña al instante al ver la ventana abierta, como si alguien le estuviera ayudando a su favor. Ella desconcertada salta por la ventana, que la lleva a la sala, donde no hay nadie.



Katherine: Qué extraño. Siento que alguien me dejó el paso abierto para poder entrar. Menos mal no hay nadie, era de esperarse. A esta hora esos desgraciados deben de estar en la empresa, como si nada (enojada). Pero bueno, a lo que vine.

Katherine saca del bolso que trajo, un papel y un lápiz. Empieza a escribir una nota, con el fin de que cuando Karen llegue, la lea.

STORM CORPOTARION
OFICINA DE KAREN

Hay también una persona misteriosa en la oficina de la villana. Karen retrocede, ya que la persona la está apuntando con un arma.



Karen: ¡Ya sé que eres tú, Rolando! Deja de ser tan estúpido, no juegues conmigo, porque te saldrás quemando, ¿me oyes? ¡Vamos! Quítate esa malla que tienes en tu asqueroso rostro (empieza a pensar). ¿Sí será él? ¿Se vistió así tan rápido?



La persona tiene una malla de color piel en la cara, un sombrero negro y está completamente vestida de negro, pero tiene unas letras de color blanco que resaltan la prenda negra. Las letras dicen “Silent Blood”, al parecer así se hace llamar la persona misteriosa. Para sorpresa de Karen, “Silent Blood” le pega en la cabeza con la pistola. Ella cae inconsciente al piso.

CASA DE MARTHA

Martha llega muy alterada a su casa. Pone las llaves de la casa en una mesa pequeña que está en la sala de la casa. Se guarda con misterio la llave del auto en que vino, en un bolsillo de su camiseta.



Martha (muy seria): En mi auto está todo. Nadie lo puede ver. ¡Nadie!

CARRETERA DE LOS ÁNGELES

Leopoldo está conduciendo se auto algo preocupado. Llama son insistencia a alguien por el teléfono.



Leopoldo: ¿Dónde te metiste? Te necesito...

HORAS MÁS TARDE
CALLEJÓN ABANDONADO
CASA DE RUINA

En una casa de ruina que está ubicada en un callejón abandonado, todo está muy oscuro. Solo se ven algunos rayos del sol que entran por unos agujeros que hay en el techo. Karen está atada a una silla, dormida. En la misma casa, “Silent Blood” toma el celular de la villana, viéndose como le marca a la policía. En la estación, uno de éstos contesta el teléfono. En la casa donde está Karen secuestrada, la persona misteriosa empieza a rodar una grabación, con la voz de Karen diciendo “Por favor ayúdenme, estoy secuestrada en una casa destruida que está en la avenida número dos, cerca de la empresa Storm Corporation, no me dejen, me van a matar”. Se cuelga el teléfono, el policía en la otra línea, queda preocupado. Con su inteligencia, “Silent Blood” hizo un montaje de voz con la voz de Karen. Seguidamente, la persona misteriosa le marca a Rolando.



Rolando (en la otra línea): ¿Qué quieres Karen? ¿Para qué me necesitas?

Grabación con montaje de voz: Estoy secuestrada en una casa destruida que está en la avenida número dos, cerca de la empresa Storm Corporation (pausa). Me van a matar.

Rolando a pesar de los malos tratos que le ha brindado su amante, se queda preocupado. Sin dudarlo dos veces, va saliendo de Storm Corporation, pues estaba en su correspondiente oficina. En la casa de ruina, “Silent Blood” sale corriendo se allí. Le acaba de tender una trampa a Rolaldo, pues sabe que él llegará primero que los policías. Cuando éstos vengan, pensarán que es Rolando quien secuestró a Karen. Más tarde, Rolando llega a la casa abandonada, sin ver algún rastro de alguien. Ve a Karen atada a la silla. Trata de despertarla.

Rolando: (llamando a Karen) Despierta Karen… ¡Despierta! ¿Quién te secuestró? (ve que ella va abriendo los ojos lentamente).



Karen: (se sorprende) ¡Tú! Sabía que eras tú.

Rolando (extrañado): ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

Karen: No te hagas, que no te queda. ¡Desátame ya imbécil! ¿Por qué me secuestraste?
Rolando: Oye, no entiendo de qué estás hablando.

Karen: (ríe con cinismo) ¡Já! ¿Acaso eres tan estúpido que no lo recuerdas? Llegaste a mi oficina disfrazado. Me golpeaste y ahora resulté aquí. Claro, lo primero que veo al abrir mis ojos, es tu horrenda cara.

Rolando: No te pases, eh. Me llamaste quejándote, para que viniera y te ayudara. Al parecer me tendieron una trampa.

Karen: No seas idiota, sé que tú me trajiste hasta ésta porquería de lugar. Su hubiera sido lo contrario, no estarías aquí.

Rolando: ¿No te acabo de decir que me llamaron fingiendo tu voz?

Karen: ¿Piensas que nací ayer?

En ese momento, entra un agente de policía acompañado de tres policías más a la casa. Arrestan a Rolando.

Rolando: ¡Suéltenme! ¿A dónde me llevarán? ¡Oigan!

Agente: Usted está secuestrado por secuestro. Ésta señorita nos hizo una llamada, diciendo el lugar en el que la secuestraron.

Rolando: ¿Qué? ¿También con lo mismo? ¡Yo no secuestré a nadie! Me llamaron diciendo que Karen estaba secuestrada aquí. Vine y por eso piensan que soy yo el secuestrador, pero se equivocan (a Karen). Diles Karen, diles a estos imbéciles que no fui yo.

Karen ¡Cállate! ¿Cómo me pudiste haber hecho esto?

Agente: Con esto entiendo todo (a los policías). ¡Llévenselo!

Los tres policías se van llevando a la fuerza a Rolando, él no se queda sin protestar. El agente desata a Karen con fuerza. Ésta se para de la silla muy molesta, cruzando los brazos.

Agente: Lo lamentamos por usted señorita, pero ya esto quedará a nuestro…

Karen: ¡Ay sí! ¡Ya sé! Lárgate, me iré yo sola. ¡Ya, vete! Si quieres que te agradezca, pues no lo haré ¿perfecto? Era lo mínimo que podían hacer. La policía de hoy en día no sirve para nada. Todos son una partida de inútiles, asnos.

El agente de policía un tanto molesto se va de la casa de ruina.

Karen: (hablando de Rolando) Maldito. ¿Por qué me secuestraría? Pero no me quedaré de brazos cruzados. Menos mal te llevaron a la cárcel, como la rata inmunda que eres.

UN MOMENTO DESPUÉS
AGENCIA DE POLICÍA

Rolando está muy pensativo, encerrado tras las rejas en una celda de la agencia policíaca.



Rolando: Me las pagarás muy caro Karen, ya lo verás… Por tu culpa estoy aquí encerrado. Te juro que cuando salga, te vas a arrepentir.

CONTINUARÁ…