martes, 28 de octubre de 2014

Corazón de Tormento [Capítulo 2]



La cámara de lejos muestra como el vehículo cae por el abismo, rodando en varias ocasiones y escuchándose seguidos estruendos. Muy pocos segundos después, estando a punto de explotar, el auto cae al fondo del abismo. Katherine aún está consiente pero muy mal herida, con el rostro lleno de sangre. Intenta despertar a su padre que sí está inconsciente. Llorando, empieza a desesperarse al ver que Orlando no despierta.



Katherine: (llorando) ¡Papá por favor! ¡Papá despierta! (grita desgarradoramente) ¡¡¡Papáaaa!!!

Katherine sin rendirse, intenta arrastrar a su padre lejos del auto que está por explotar perro de repente, explota en medio de llamas abrazadoras. El cuerpo de Katherine sale volando por la onda expansiva totalmente inconsciente.

ALGUNAS HORAS MÁS TARDE
CASA JIMÉNEZ
SALA



Ya han pasado algunas horas después del accidente que tuvieron Katherine y Orlando. En la casa Jiménez, alguien toca la puerta. La empleada doméstica de la residencia llamada Larisa, va a abrir.



Agente de policía: Buenas tardes señorita, me encuentro en la casa de los Jiménez, ¿verdad?

Larisa: Así es señor, ¿qué se le ofrece?

Agente de policía: Bueno, vengo de la agencia policiaca. Conozco a la familia por la empresa de Storm Corporation. Estoy aquí porque debo darle una fuerte noticia a la señora Eleonora García.

Larisa: Claro señor, ya mismo iré a llamarla. Por favor pase, puede tomar asiento.

El agente de policía entra a la casa no sin antes agradecerle la amabilidad a Larisa. Ésta apresuradamente va al estudio de la casa donde se encuentra Eleonora, que está leyendo unos documentos. La empleada toca la puerta y pasa.



Eleonora: ¿Qué quieras Larisa?

Larisa: Disculpe la interrupción señora, pero abajo está un agente de policía. Dice que tiene que darle una noticia muy importante.

Eleonora: Que raro, no entiendo qué tiene que hacer aquí un policía. Ya mismo bajo Larisa, gracias.

Eleonora deja los documentos en el escritorio que hay en el estudio y también los lentes que tenía puestos.

STORM CORPORATION
ESTACIONAMIENTO DE AUTOS

Karen y Rolando están juntos en la empresa de textiles Storm Corporation. Han estado allí un buen tiempo para evitar llegar a casa temprano y estar presentes en la noticia del accidente, están convencidos de que Katherine y don Orlando murieron.



Rolando: ¿Qué crees? ¿Será que la vieja estúpida de tu madre ya recibió la noticia?

Karen: Es lo más probable mi amor (ríe). Debe estar llorando como una completa desquiciada al saber que su esposito y su hija preferida, están muertos.

Rolando: (ríe) Increíble el odio que les tienes.

Karen: Ya cállate, ¿no te das cuenta que alguien nos puede escuchar? Vámonos ya, tal vez sea sospechoso que nos estemos tardando tanto.

Rolando: Tienes razón. Sube a mi auto, te llevaré a tu casa.

Karen sube al auto sentándose en el asiento de copiloto. Rolando también sube y se hace en el de piloto. Enciende el auto y empieza a conducir, sin ninguno de los dos percatarse que de lejos, se logra ver la sombra de una persona. La escena cambia, mostrando el lugar de lo sucedido en el accidente automovilístico de Katherine y Orlando. Hay varias patrullas de policías en dicho lugar. La cámara rápidamente corre lejos de allí y se acerca lentamente a la cara de una persona que está desfigurada. No se puede ver bien por la oscuridad.

CASA MÉNDEZ
COMEDOR

Augusto, nuestro protagonista, se encuentra comiendo con su padre Leopoldo en el comedor de la casa. Ambos platican.



Augusto: ¿Entonces mañana te vas papá?

Leopoldo: Sí hijo, esas diligencias son muy importantes para mí.

Augusto: ¿Y no quieres que te acompañe? Mañana no tengo ningún tipo de ocupación.

Leopoldo: No te preocupes Augusto, puedo ir solo. Mejor ve a visitar a tu madre Martha, es mejor no dejarla sola. Ya sabes los problemas que hemos tenido con ella, hasta de suicidarse nos ha amenazado.

Augusto: Tienes razón papá. Aunque, ¿de qué sirve? Seguramente debe estar como siempre con su grupo de amigas. Por culpa de esas mujeres es que ella cayó en el vicio del juego. Y por eso mismo, se debió tu divorcio con ella.

Leopoldo: Sí, eso lo sé. Aunque no importa, mejor que la visites, para que no se sienta sola y no se haga que está deprimida.

CASA JIMÉNEZ
SALA

Eleonora no ha dejado de llorar y lamentar el accidente que tuvieron su hija y su esposo. El agente de policía siente pena por la señora.



Eleonora: (llorando) Entonces, ¿no sabe usted qué sucedió? ¿Cuál fue la causa de ese accidente?

Agente de policía: No señora, lo siento mucho. Lo más probable es que al auto de su esposo se desvío por la vía y eso provocó lo sucedido.

Eleonora: Bueno pero usted debe saber algo, ¿no? No debió haber venido hasta aquí solo para darme la noticia y no comentarme sobre el estado en el que se encuentran Katherine y Orlando.

Agente de policía: ¿Katherine? Creo que ella es una de sus hijas pero, no está en el lugar de los hechos. Allí, solo logramos identificar al señor Orlando Jiménez, no hay ninguna señorita allí.

Eleonora (confundida): ¿Qué me está diciendo? Ella y mi esposo salieron esta mañana muy de prisa. No puede ser posible que mi hija no esté allí. Debe haber una equivocación, no sé, tal vez no la hayan encontrado.

Agente de policía: Señora, disculpe pero todo eso pasó hace muchas horas. De hecho ya está atardeciendo, no es posible que su hija también se haya accidentado. Puede que en el camino cuando sus dos parientes iban juntos, la señorita se haya bajado del vehículo y don Orlando, haya quedado solo. ¿No cree?

Eleonora: Es posible. Pero entonces, ¿sabe usted cómo está mi esposo?

Agente de policía: Sí señora. Él… Murió a causa de in infarto cuando el auto se accidentó. Luego al haber explotado, eso terminó de matarlo. Lo siento mucho.

La escena se convierte muy dramática. Eleonora llorando desconsoladamente, se arrodilla al piso, negando con la cabeza la muerte de su esposo, sin ser capaz de aceptarlo. En ese momento llegan Karen y Rolando, se acercan a Eleonora y al agente de policía.



Karen: (haciéndose la confundida) Pero, ¿qué pasa aquí mamá? ¿Por qué estás llorando? ¿Y qué haces este señor aquí? (levanta a su madre).

Eleonora: (llorando): Hija, Orlando murió en un accidente automovilístico.

Karen (se le aguan los ojos mintiendo): ¿Qué? Esto no puede haber ocurrido. ¡Esto no! (empieza a llorar) ¿Y mi hermanita Katherine? (Rolando se acerca cínicamente a Eleonora tratando de consolarla).

Agente de policía: Como le dije a la señora Eleonora, la señorita Katherine no está ni tampoco hay rastros de que estuvo en el lugar de los hechos. Es posible que haya se haya salvado o no haya sufrido el accidente con su padre (Karen y Rolando se sorprenden).

Karen: (deja de llorar) ¿¡Cómo que Katherine no murió!? (Reacciona al ver que todos se extrañan). Perdón, es que estoy muy nerviosa con esto. Qué situación tan extraña. ¿Acaso los dos no iban juntos?

Eleonora: Sí hija, pero no sabemos realmente qué es lo que ocurrió. Ambos se fueron apresuradamente de la casa en el auto. No entiendo dónde puede estar Katherine.

Agente de policía: Bueno, ya se me hace tarde. Me voy ya. Hasta luego y lamento mucho lo ocurrido.

Eleonora: Hasta luego señor, y gracias.

El agente de policía sale de la casa. En ésta, Eleonora no para de llorar mientras que Rolando la consuela hipócritamente. Karen está confundida y a la vez enojada, aunque trata de demostrarlo.

AL DÍA SIGUIENTE
LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS
VÍA DE UNA DE LAS CARRETERAS



Leopoldo, el padre cirujano de Augusto, está conduciendo por la vía de una de las carreteras de Los Ángeles. La misma vía que lo llevaría al lugar del accidente que sufrieron Katherine y Orlando. Leopoldo sigue conduciendo y se extraña al ver de lejos de su lado izquierdo, “algo” que parece una persona. El hombre estaciona el auto a una orilla de la carretera y se baja. Se acerca al pequeño abismo y logra ver que mucho más delante de él, hay unas cintas amarillas de peligro, puestas por los policías al haber encontrado a Orlando. Allí la vía está cerrada por dicho accidente.



Leopoldo: Qué extraño. ¿Qué podría haber ocurrido en este lugar? ¿Qué es eso de por allá abajo?

Leopoldo no evita la curiosidad y empieza a bajar por el abismo que no es muy grande. Cuando está más delante de allí, se acerca a lo que vio y se lleva una gran sorpresa al ver que se trata de una persona, de una mujer.

Leopoldo (sorprendido y asustado): ¡Por Dios! ¿Qué le pudo haber ocurrido a esta muchacha? No se puede quedar aquí. Ya mismo llamo a la policía.

Él saca su celular del bolsillo del pantalón y cuando iba a empezar a marcar el número de la policía, se arrepiente y lo vuelve a guardar en el mismo bolsillo.

Leopoldo: Mejor no. Tendré que cancelar la cita tan necesaria que tengo. Esta muchacha no se puede quedar así y más como tiene su rostro. La llevaré conmigo, tal vez sea posible operarla. Espero que no me meta en graves problemas por esto.

Leopoldo un poco incómodo, se acerca a Katherine y la carga. Empieza a subir el abismo. Cuando llega al final, la sube a su auto en el asiento trasero. Él rápidamente también entra al auto en el asiento de conducción. Hace una vuelta con el vehículo para devolverse por detrás ya que adelante, la vía está cerrada. Comienza a conducir dirigiéndose al hospital de los Ángeles.

HOSPITAL DE LOS ÁNGELES
OFICINA DEL DR. RUIZ

Eleonora se encuentra platicando con el Dr. Ruiz sobre Orlando.



Dr. Ruiz: Sí señora, como le acabo de explicar, según la autopsia, el señor Orlando Jiménez antes de la explosión, sufrió un infarto. La más probable causa de esto, es que lo haya sufrido por el pánico después de que el auto cayera por el abismo en el que se encontraba. Para terminar, el auto explota. ¿Me entiende?

Eleonora: (con los ojos irritados y desanimada) Claro que sí doctor. Y, ¿no hay ninguna noticia de mi hija Katherine Jiménez? ¿Nadie al hospital ha venido con ese nombre o como paciente?

Dr. Ruiz: No señora Eleonora, lo siento mucho pero no tenemos ninguna paciente con ese nombre. Tampoco alguna visitante que sea su hija.

Afuera del hospital, la cámara enfoca cuando varios enfermeros con una camilla llevan a la mujer quemada que encontró Leopoldo al interior hospital. Éste está hablando por medio del celular, con su hijo, contándolo todo lo sucedido.

STORM CORPORATION
OFICINA DE KAREN

Karen se encuentra en su oficina caminando de un lado para otro. Rolando está con ella, sentado en un sofá tranquilamente.



Rolando: Ya Karen, deja de dar vueltas. No te intrigues más. Katherine debe estar muerta, no es posible que se haya salvado tan fácilmente. Lo más seguro es que no la hayan encontrado.

Karen (de mal genio): ¿Cómo estás tan seguro? ¿Qué te hace pensar que está muerta?

Rolando: ¿Y a ti qué te hace pensar que está viva? Solo estás nerviosa por la situación.

Ya deja de pensar en eso. ¿No te diste cuenta cómo te pusiste anoche cuando te enteraste?

Karen: ¡Claro que me di cuenta imbécil! Lo más preocupante de la situación es que si Katherine logró sobrevivir, no sé qué será de nosotros.

Rolando: No exageres. ¿Ella está al tanto de que nosotros le cortamos los frenos al auto?

En ese momento se ve la sombra de una persona pasar por la oficina de Karen. Parece la misma persona que estuvo el día anterior en el parqueadero de autos.

Karen: (hipócrita) Corrección… No le cortamos los frenos al auto. ¡Tú! Se los cortaste.

Karen sale de su oficina molesta dejando a Rolando muy sorprendido por su hipocresía.

HOSPITAL DE LOS ÁNGELES
PASILLO PRINCIPAL

Eleonora acaba de salir de la oficina del doctor. Va caminando muy triste por el pasillo principal del hospital. No se da cuenta que por ahí mismo, están pasando varios enfermeros llevando a la mujer quemada que encontró Leopoldo en una camilla. La trasladan a la sala de cirugía. Él va acompañado de ellos. Más tarde, Leopoldo con varios médicos se encuentran en el quirófano operando a la persona quemada la cual se desconoce quien sea. Trata de hacer lo que puede. La escena no es muy visible.

TRES DÍAS DESPUÉS
HOSPITAL DE LOS ÁNGELES
HABITACIÓN 302

Leopoldo sigilosamente entra a una habitación del hospital en donde es cirujano. Sonríe al estar frente a la cama en donde está acostada una muchacha, a la que la cámara no la enfoca. Ella está dormida.



Leopoldo: Me alegra mucho que la operación haya sido todo un éxito. Cuando despiertes, espero que lo recuerdes todo y puedas decírmelo.

En ese momento la persona empieza a despertar. La cámara finalmente le muestra su rostro, el cual está completamente vendado; viéndosele solo sus ojos. Empieza a sentirse muy incómoda y extrañada. La voz no se reconoce muy bien.

Persona (agitada y confundida): ¿Quién soy? ¿¡Dónde estoy!? ¿Qué…? (ve con los ojos borrosos pero luego se le aclara mejor su vista)

Leopoldo: (se acerca a ella tratando de calmarla) No te preocupes. Estás en un hospital. Debes tener muchas dudas sobre ti misma. Pero por lo que acabas de decir, me doy cuenta que no sabes quién eres.

Persona (nerviosa): ¿Quién es usted? ¡Dígame! ¿Qué me va a hacer?

Leopoldo: Tranquila muchacha. Soy Leopoldo Méndez, uno de los cirujanos más prestigiosos del país. Hace unos días, te encontré cuando pasaba por una vía de la ciudad. Estabas… Inconsciente y tenías tu rostro totalmente desfigurado. Lo más probable, es que hayas sufrido un accidente y siendo éste el motivo, se quemó tu rostro y por eso quedó desfigurado como te acabo de decir.

La muchacha se toca la cara dándose cuenta del vendaje y de repente, empieza a recordar el accidente que tuvo. Recuerda cuando el auto explotó en el intento de salvar a su padre. Confusa, deja de recordar revolviendo su cabeza.

Persona: Mi… Mi… Pa-pá. El accidente. El auto…

Leopoldo: ¿Recordaste algo? ¿Entonces su tuviste un accidente? ¿Por qué mientas a tu padre?

Persona: (gritando) ¡No! ¡No, no! ¡No! ¡Mi padre está muerto! (Leopoldo se acerca más a ella tratando de calmarla). ¡No se me acerque!

Leopoldo: ¡Cálmate! No te voy a hacer daño. De hecho fui yo quien te recogió y te operó el rostro. Por eso tienes tu cara vendada.

Persona: ¿Por qué hizo eso usted? ¿Me… conoce?

Leopoldo: No, claro que no. Pero confieso que me compadecí de ti y voluntariamente, te quise ayudar y seguiré haciéndolo siempre y cuando me sea posible. También depende ti si aceptas que te ayude. Por supuesto no tengo ninguna mala intención, despreocúpate si piensas eso. Trata de acordarte de algo. Puedo contactar a tu familia. ¿No recuerdas el nombre de tu padre?

Persona: (llorando) No… No me acuerdo de nada. ¡No soy nadie! Solo logro recordar cuando tuve el accidente. Intenté salvar a mi padre sin embargo el auto explotó y de ahí no recuerdo nada más. Mucho menos sé cómo se llama él. Por favor… Ayúdeme, no me deja sola.

Leopoldo: (la toma de sus manos) No te dejaré sola en esto, trataré de ayudarte. Solo has un esfuerzo de recordar algo. No lo sé, por lo menos tu nombre, tu apellido…

Persona: (hace un esfuerzo) No puedo (se desespera). ¡No puedo recordar nada! No sé que voy a hacer. Gracias señor por ayudarme pero… No soporto estar en este estado. Quiero pararme de esta cama y quitarme las vendas de la cara.

Leopoldo: Por favor espera. Pronto podrás quitártelas e irte conmigo del hospital. Te puedo acoger en mi casa mientras tratas de acordarte de algo que nos pueda servir para contactar a tu familia.

La muchacha a pesar de sentirse protegida por Leopoldo, tiene miedo por lo que le pueda suceder.

DOS DÍAS DESPUÉS
CASA JIMÉNEZ
HABITACIÓN DE ELEONORA

Eleonora está acostada en la cama de su habitación, viendo una foto en la que están Katherine y Orlando juntos. Larisa, la empleada, entra preocupada con un vaso de agua y un par de pastillas de medicina.



Larisa: (se acerca a Eleonora con lo que trae) Señora, usted desde hace dos días está muy desanimada y casi no ha comido nada.

Eleonora: ¿Cómo no estar desanimada después de que mi hija está desaparecida y mi esposo fue sepultado hace poco?

Larisa: Sí, lo entiendo, pero no por eso debe dejar de comer. Casi no ha probado bocado y por eso es que ha tenido dolores de cabeza. Mire, tómese por favor esto.

Eleonora se levanta de la cama y le recibe a Larisa.

Eleonora: Gracias Larisa por preocuparte por mí. ¿Y Karen dónde está?

Larisa: Ella hoy volvió a salir desde muy temprano. Todas las mañanas se comporta igual, solo dice que irá a la empresa. Me sorprende por lo temprano que es.

Eleonora: Qué raro. Ella siempre ha sido la más perezosa para el trabajo. A parte que parece que no le importara mucho lo que está sucediendo.

CASA MÉNDEZ
ENTRADA

Leopoldo llega con la chica a su casa en el auto. La ayuda a bajarse ésta. La cámara solo muestra a Leopoldo y el cuerpo de la persona. Ambos entran a la casa. La mujer está nerviosa al estar con personas desconocidas y en lugar de igual estado. Augusto viene de su habitación, llegando hasta la entrada de la casa. Al ver a la muchacha, se sorprende porque su padre hizo un muy buen trabajo, y también asombrado por la belleza de la chica.



Leopoldo: Hijo, ésta es la chica que operé…

La cámara le enfoca sus ojos y finalmente, muestra su rostro el cual tiene un velo de cara para que nadie la distinga muy bien. La mujer es… Katherine, quien después de que su cuerpo haya salido volando por la onda expansiva, cayó lejos del lugar donde explotó el auto en el que iba con su padre.

CONTINUARÁ…

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